Desde hace un tiempo a esta parte, los contenidos de las investigaciones históricas se han diversificado de una manera inimaginable. Varias son las tendencias de la historiografía que se han impulsado en la actualidad: la Historia de la Mujer, la Vida Cotidiana y la Medicina en la Historia. Esta última tendencia nos ha llevado a disfrutar de numerosos estudios que se "atreven" a diagnosticar enfermedades en perosnajes históricos sin observar al paciente "in situ", ya que el paciente murió hace siglos o, incluso, milenios. Se basan para ello en documentos historiográficos, en retratos y otras fuentes históricas. Recientemente, por medio de un retrato, fue diagnosticado El Greco de un posible Ictus cerebral (ver entrada en este blog del 18 de diciembre). Ahora se publica un libro donde se analiza el historial médico de Julio César. En fin, a pesar de la distancia en el tiempo, son datos valorables para seguir estudiando la Historia; reconstruyéndola pero no "postverdadereándola".
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