Interesante artículo sobre neuroeducación y aprendizaje. De él podemos sacar algo más que un titular fácil acerca de reducir las horas de las clases.
Primero, y yendo por orden, que la neuroeducación nos puede enseñar cosas que hasta ahora intuíamos pero que ahora parecen estar refutadas científicamente.
Segundo, que se debe motivar a los alumnos/as para que la emotividad les haga aprender cosas que les sean atractivas. Incluso se muestran recetas de motivación que se ponen en práctica poco a poco.
Tercero, que los datos que nos aporta la neuroeducación tiene que recogerse con cautela porque como dice el doctor Francisco Mora: "Necesitamos tiempo para seguir investigando porque lo que conocemos hoy
en profundidad sobre el cerebro no es aplicable enteramente al día a día
en el aula".
Cuarto, que las clases deberían durar menos porque es imposible que se mantenga la atención focalizada en un asunto durante más de 15 minutos. O al menos que se cambiara de asunto o de formato cada poco tiempo.
Quinto, que el entorno del aprendizaje es fundamental para aprender: "Nuevos edificios en los que, aún siendo importante su diseño
arquitectónico, se contemple la luz, la temperatura o el ruido, que
tanto influyen en el rendimiento mental."