martes, 16 de febrero de 2016

Tigre y dragón en el bosquecillo de bambúes de Kobayashi Kiyochika, 1910.

Maestría absoluta para representar la tridimensionalidad en una pintura sin la necesidad occidental de aplicar la matemática. Simplemente se trazan los troncos de los bambúes con diferente intensidad. Los primeros planos de un negro intenso mientras que los más alejados van diluidos con mayor cantidad de agua en la tinta. Todo mucho más intuitivo. Se le añade un rayo de luz que interviene dividiendo en diagonal la escena y de arriba abajo; pero no sé si se trata de la representación del concepto “komorebi” (la luz filtrada entre las ramas de los árboles) o del paso fugaz del dragón entre los bambúes. Por cierto, no puedo dejar de pensar en la escena del bosque de los bambúes de la película La casa de las dagas voladoras al ver esta imagen.


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